
Interactuó con el público y le hizo protagonista del espectáculo incluso antes de aparecer en el escenario e improvisó en medio de la función
Luis Piedrahita llegó a Vigo con su nuevo espectáculo ‘Apocalípticamente correcto’, ofreciendo una doble sesión el sábado 31 de mayo en el Teatro Afundación. El monólogo giró en torno a la libertad, a hacer «lo que nos da la gana».
Hizo gala de su característico humor sobre lo cotidiano con guiños a la ciudad y a la actualidad, mezclando la reflexión más seria con la comedia. Además, hubo improvisación y un toque mágico como colofón a algo más de hora y media de risas.
Juegos con el público
Luis Piedrahita se metió en el bolsillo al público ya antes de salir al escenario y sacó las primeras carcajadas. Amenizó la espera interactuando con los asistentes y buscando con una cámara, cuya imagen se proyectaba en una pantalla, a los protagonistas de la introducción al espectáculo.
El monólogo parte de la idea de responder a la pregunta «¿Qué he de hacer si un desconocido me pide que meta un libro en un congelador?». Algo que desconcierta de primeras pero acaba teniendo su sentido. Bromeó sobre las autocaravanas, las bebidas vegetales, las anguilas y el pelo, entre otros, hasta que por fin apareció un libro.
Tras un breve momento de seriedad en el que el cómico señaló que «el miedo espanta la risa», quiso jugar con el público para demostrar lo rápido que se puede pasar del miedo a la esperanza. Así, puso de pie a los asistentes y como si se tratara del ‘¿Quién es quién?’ se fueron sentando hasta que quedó el elegido, que recibió un ejemplar de un libro de Luis Piedrahita.
Pacto sobre los móviles
En medio de la primera función en Vigo se escuchó un móvil y, a pesar de sonar en los palcos, no pasó desapercibido para Luis Piedrahita. Así, pactó con el público una sanción que se le olvidó comentar en la introducción. «Si suena un móvil me tomo la libertad de ir a la lista de contactos de ese teléfono, buscar uno que me parezca apetitoso y llamar», apuntó.
Minutos más tarde se empezó a escuchar ‘Shake It Off’ de Taylor Swift en el patio de butacas. Luis Piedrahita fue en su búsqueda mientras una chica lo sostenía asegurando que no era suyo. El monologuista contestó a la llamada y resultó ser el propio dueño del teléfono, que explicó que lo había perdido.
Entre risas el público escuchó la conversación. El hombre insistió en preguntar si podía recuperarlo al día siguiente, pero por si acaso aparecía antes, Luis Piedrahita le avisó de que se lo entregaría en el escenario. El humorista intentó acceder a la agenda de contactos pero el terminal estaba bloqueado así que tras dos intentos fallidos optó por sacarse una foto con los asistentes para que el dueño del móvil viese lo que se perdió. La función acabó sin que el propietario apareciera pero le dejaron un vídeo.
Colofón mágico
El libro que Luis Piedrahita regaló a un asistente volvió a tener protagonismo en la recta final del espectáculo. Le pidió que eligiera una palabra larga que apareciera escrita en alguna de las páginas y la recordara sin decirla en alto y sin que nadie la viera. Después, pasó a manos de otras dos personas ubicadas en diferentes sitios y les pidió lo mismo.
El libro volvió al agraciado, sin dedicatoria pero con una pegatina mágica. Fue entonces cuando la pregunta del inicio del monólogo cobró sentido. «Cuando llegues a tu casa tienes que meter el libro en el congelador, dejarlo toda la noche y mañana por la mañana el hada de las dedicatorias te va dejar una dedicatoria helada», le dijo el cómico. Así, los últimos minutos estuvieron destinados a convencerle de que lo hiciera y alguien grabara su reacción.
De nuevo, el humorista jugó con el público y acabó sorprendiendo a los asistentes al adivinar las palabras que habían escogido. Este toque mágico fue el colofón a una sesión cargada de risas que puso al público en pie alabando al cómico y dejando con ganas de más.
